Pandemia, entre la incertidumbre y la esperanza

[Lo impensado] El estado de la economía y la educación, las conductas sociales e individuales y el aporte de la UNSJ a la situación sanitaria en la provincia. Las certezas, las dudas y los miedos frente a un enemigo que pone a prueba mucho más que la paciencia y la fortaleza y que obliga a rediseñar constantemente los rumbos a seguir.

Por Susana Roldán y Fabián Rojas
Ilustración: Charly Fernández

A poco más de un año del inicio de la pandemia por Covid 19, el mundo transita las “olas” siguientes con una mezcla de temor, hartazgo y resignación. En Argentina, la cuarentena que comenzó el 20 de marzo de 2020 y fue extendiéndose en lapsos sucesivos casi hasta perder la cuenta de cuántas fueron las prórrogas, hoy amenaza con volver.
Mientras se encienden las luces de alarma en distintos sectores de la sociedad ante la posibilidad de volver al encierro total (o casi), el año cumplido impone un balance necesario en lo colectivo y en lo personal, que abarca lo transcurrido, lo perdido y lo ganado, en distintos aspectos de la vida. Y como si fuera una serie televisiva que promete una última temporada, pero no dice cuándo la va a estrenar, la vida transcurre en una especie de suspensión animada, en las que se mezclan la normalidad de ayer, la de hoy… ¿y la que vendrá?

Ilustración:  Charly Fernández
Facebook:@Charly Fernandez
Insta: @Buenamellizo

 

La economía: suerte para la desgracia
A nadie se le hubiera ocurrido, en su sano juicio, que el hecho de ser un país con poca industrialización pudiera alguna vez jugar a favor de la Argentina. Sin embargo, esta vez es así, según la mirada del economista Fabián Saffe, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Sociales.
“En una situación de pandemia, difícilmente haya superganadores. Siempre hay que entender que la economía no siempre es un juego de suma cero, en el que lo que uno gana, otro lo pierde. A veces, ganan todos y `pierden todos. Esta es casi una situación en la que todos pierden”, dice. Por otro lado, sostiene que si bien hubo ganadores y los habrá, en determinados sectores, hay algunos factores que favorecen a la Argentina; como para no perder la esperanza. “La situación de ciertos sectores asociados a la especulación financiera es una buena noticia, porque nosotros producimos oro. Al no ser un país industrializado, producimos commodities en lugar de valor agregado. Y las commodities van a valer más, porque el oro vale más, la soja vale más y el petróleo vale más. Por otra parte, hay un cambio en la lógica sobre cómo salir de esta crisis por parte de las grandes entidades supranacionales, como pueden ser el FMI o el Banco Mundial: ninguno está apostando a la austeridad y el ajuste. Esa sería la peor receta. Nosotros, como nunca, tenemos la posibilidad de salir de una crisis asociada al sector externo con una receta distinta, que es la no receta de la austeridad. Hay una luz de esperanza, una salida heterodoxa a la crisis argentina producto de esa laxitud con que se están manejando los organismos internacionales”, afirma.
En su diagnóstico acerca de cómo afecta pandemia a los diferentes sectores de la economía, asegura que “los que más perdieron fueron las empresas relacionadas al turismo, las aerolíneas, todas aquellas que con el nuevo comportamiento no pudieron generar movimiento económico, que es necesario para la circulación de bienes y personas. Las empresas que estuvieron atadas a las restricciones y su ganancia estuvo signada por eso, obviamente perdieron. Hubo empresas que ganaron: empresas que muchas veces se dedicaron a alimentos o cuya demanda aumentó, claramente se ve que mostraron mayor actividad. Las empresas cuya actividad está relacionada al comercio online, aumentaron su ganancia porque aumentó su actividad. Empresas asociadas a las tecnologías que tienen que ver con las comunicaciones, a nivel mundial, empresas de entretenimientos, como Netflix o Zoom, vieron incrementadas sus ganancias desde la pandemia”.
“El que tiene incertidumbre no invierte, no consume demás y la economía necesita de empresarios que apuesten a la producción de bienes y consumidores que consuman. La Argentina ya venía mal, la incertidumbre no era buena noticia. Y quizás nuestro mayor punto débil es que todavía no arreglamos problemas de deudas, es el gran escollo para este año”, explica.

Sincerar las estadísticas
En particular sobre la situación de San Juan, Saffe expresa que “las estadísticas no muestran la realidad de la periferia, solamente reflejan lo que pasa en el conglomerado. Por eso siempre está la sensación de que “no estamos tan mal” como en el resto del país. Los sectores más empobrecidos se han asentado por fuera de lo urbano y no entran en la estadística: Caucete, 25 de Mayo, Angaco, Albardón. Ahí no llega la estadística y por eso hay que revisarla, sobre todo la medición de la pobreza con muestras que vayan más allá de lo urbano”. Respecto de la posible salida, se esperanza en que “el hecho de que haya cambiado la idea de un gobierno nacional que apostaba a gastar poco, viene bien un gobierno que apuesta a generar obra pública en las provincias”.

Aprender en la trinchera
Si hubo un sector universitario que tuvo protagonismo directo en los peores momentos de la pandemia fue el de los egresados de la Escuela de Ciencias de la Salud. El director de la carrera, Angel Pinto, cuenta que “ingresaron cerca de 70 egresados para trabajar durante la pandemia, cuando se abrieron nuevos servicios. Han sido vitales y muchos incluso se contagiaron”.
Nada volverá a ser igual en la formación de enfermeras y enfermeros. “A pedido de las autoridades de Salud Pública, colaboramos con la pandemia y hemos tenido que transformar algunas cátedras para adaptarlas a la situación epidemiológica. En Clínica Médica tuvieron que aprender a hisopar. Nos seguimos reinventando. Nos siguen pidiendo auxilio para seguir trabajando, porque la situación es grave. Los que ingresaron este año (empezaron con formato virtual) vienen con esa idea. Los docentes les están explicando que esta es la realidad que les tocó y que tienen que formarse para ello”, concluye.

Lo que se pudo con lo que había
Pasar de la presencialidad a la virtualidad no fue sencillo. Muchos inclusive se quedaron esperando que todo iba a pasar y que volvería la presencialidad y por ello no arrancaron con la virtualidad. “Esto pasó en el primer semestre del año pasado. Para el segundo semestre todo cambió, teníamos más unificados los criterios de trabajo. Pero al principio cada uno hizo lo que pudo con lo que tenía a mano”, dice Lucía Ghilardi, directora del Centro Universitario Técnico Educativo (CUTE), además de docente e investigadora de la Facultad de Ingeniería. “Lo más complejo fue formalizar los procesos de comunicación –dice-. Se dieron distintas instancias, pero luego de los procesos espontáneos, hubo que ir ajustando a los encuadres que la institución fue dando: notas, evaluación, acreditación del paso por la asignatura, registro de los prácticos, etc. Creo que ningún teórico de la educación a distancia soñó con un año como el 2020. Lo que se ha trabajado ha sido educación no presencial pero dista de ser educación a distancia. Muchas de las herramientas y recursos propios de la educación a distancia nos han quedado chicos o no teníamos las opciones para ponerlos a andar en el momento que hacían falta”.

Hay esperanza
“Ese componente esencial que tiene la vida humana, que es la incertidumbre, es muy voluminoso y aún así los seres humanos no renunciamos a pensar y planificar el futuro”, dice Analía Ponce, doctora en Filosofía y docente e investigadora de la FFHA.
Tal vez esa sea, entonces, la receta: convivir con la incertidumbre, sabiendo que es inherente a la existencia y, al mismo tiempo, diseñar para el futuro. Y que la actitud, al margen del panorama, sea seguir caminando sin perder de vista el modelo de universidad pública, gratuita e inclusiva. Como dice Analía Ponce, “no renunciamos a soñar con el mañana, no rescindimos la posibilidad de soñar y de ser y estar mejores, la posibilidad de ser mejores como universitarios”. //

 

Aportes de la UNSJ al problema de la pandemia

Investigadores e investigadoras de diferentes ramas científicas de la UNSJ, a lo largo de 2020, cuando el Covid 19 dejaba perplejo al mundo, contribuyeron para abordar esa problemática, sea con aportes de medición de contagios o con herramientas para morigerar las consecuencias del virus en la sociedad.

Cálculo de tendencia de casos positivos
El Dr. Oscar Dolling, desde la Facultad de Ingeniería, desarrolló dos técnicas: una de estadística pura y otra estocástica. Envió resultados por lista de distribución de Wathsapp todas las noches, con datos actualizados del día, a diferentes funcionarios e instituciones de la Provincia y de la propia UNSJ.

Protectores faciales
La Facultad de Arquitectura, la Escuela Industrial y el Colegio San José, con el asesoramiento la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de la UNSJ, fabricaron y entregaron a instituciones de San Juan más de 1.500 Protectores Faciales Pf1. Los protectores fueron realizados con impresoras 3D de la UNSJ.

Proyectos elegidos por Nación para ejecutar
Proyectos sobre “soberanía alimentaria en zonas de montaña” (INTA y UNSJ); “una plataforma online con información esencial para la comunidad del territorio sanjuanino” y “separadores acústicos para uso de espacios en el retorno a la actividad en escuelas” (ambos de la Facultad de Arquitectura), además de un Atlas y Web de aplicación para municipios (Instituto de Geografía Aplicada de la Facultad de Filosofía), fueron seleccionados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación para ejecutarlos.

El Instituto de Automática y los cálculos de contagios
Investigadores de esta unidad dependiente del CONICET y de la UNSJ, se encargan hasta la actualidad de ofrecer reportes con cálculos a través de un enfoque desde el análisis de los Datos (reportes diarios de Salud Pública provincial) e Ingeniería de Sistemas de Control.

Guardia virtual masiva para consultas
Denominado Implementación de Sistema de Guardia Virtual Masiva, es un trabajo de profesionales de la UNSJ y del ámbito privado. Reutiliza un programa existente que trabaja con la aplicación WhatsApp para que personas con sospechas de tener Coronavirus puedan consultar a guardias sanitarias mediante esa aplicación.

Alcohol en gel para uso interno
El Instituto de Ciencias Básicas de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes elaboró alcohol en gel para uso interno de la UNSJ. El producto fue elaborado a partir de una receta propia del ICB, y fue fabricado con la sustancia conocida como «agar – agar», un gelificante vegetal y no tóxico. //

 


Esta nota se publicó con la edición Nº45 de octubre/73, año VIII. Abril de 2021