Voces en el desierto

Desde la Facultad de Ciencias Sociales, se llevó adelante un proyecto de extensión que involucró a un grupo juvenil del sur sanjuanino, con resultados muy alentadores.

 

Por Susana Roldán

Situado a poco más de 100 km de la capital de San Juan, El Encón es el paso obligado desde San Juan a San Luis. Pertenece al departamento 25 de Mayo y según el último censo, cuenta con poco más de 300 habitantes.
Más allá de esta descripción formal, El Encón es el espacio en el que conviven tres comunidades huarpes: Pinkanta, Cacique Talkenca y Rosa Guakinchay. Al desierto lo atraviesan la ruta 20 y el río, en un paisaje de médanos, algarrobos y retamos.
En este contexto no siempre amigable con los seres humanos, surgió un grupo de jóvenes cuyo nombre sintetiza el espíritu que los moviliza: Juventud Sin Barreras, o JUSIBA, su sigla. Conocedores de la realidad de su localidad, junto con familias que integran las comunidades indígenas, pusieron en marcha en 2017 la Radio Comunitaria Campesina, una emisora de FM que forma parte del Movimiento Nacional Campesino Indígena.
Pronto, a los jóvenes se fueron sumando adultos que colaboraron para que todas las voces fueran escuchadas. El desierto veinticinqueño se pobló, por primera vez, de sonidos propios y auténticos, y los pobladores pudieron conocer a través de su propia radio las noticias de su comunidad.
Desde la Facultad de Ciencias Sociales, a través del Instituto de Investigaciones Socioeconómicas, un equipo multidisciplinario de extensionistas inició, en 2017, un proyecto que era continuación de otra tarea de extensión realizada anteriormente con el mismo grupo. Su objetivo era consolidar el fortalecimiento del grupo, como tal, prestando apoyo en la instalación de la biblioteca proyectada y contribuyendo con los elementos necesarios para el funcionamiento técnico de la radio y de su programación. Bajo el título de “Territorio y saberes de las comunidades huarpes de El Encón”, el equipo dirigido por Adela Domínguez y Andrea Climent e integrado además por José Casas, Andrea Rodríguez y Celina Aguilera, se abocó a la tarea de identificar las necesidades en materia de comunicación radial, encontrando en el camino valiosos aportes de los pobladores.
La cátedra Producción Radiofónica Institucional, perteneciente al departamento de Ciencias de la Comunicación de la FACSO también se sumó a la tarea, permitiendo así a los estudiantes un valioso intercambio de saberes con las comunidades indígenas.
A la inquietud por la radio se sumó otra iniciativa: la de una huerta comunitaria en el predio de la emisora; para ello, en la última convocatoria, se incluyó al personal del INTA.
En su informe final, el equipo consideró necesario “reforzar actividades en la capacitación sobre programación radial, como así también facilitar la capacitación para formación e implementación de una huerta comunitaria en el predio de la radio”. Por esa razón, redoblaron la apuesta y con miras a que la tarea cumplida no pierda continuidad, durante el segundo semestre de 2019 profundizaron sus acciones. El balance, según contaron, es más que positivo.
Una muestra de que, como dicen los jóvenes de El Encón: “Las barreras son mentales. Traspasarlas depende de nosotros mismos…».  //


Perteneciente a octubre/73: edición Nº44, año VII. Diciembre de 2019