Las más demandadas, las menos buscadas

Aunque aumentó el número de inscriptos en carreras tecnológicas e ingenierías, aún hay inconvenientes para hacer frente a la demanda de profesionales para estas especialidades.

Escribe:  Mg. Marcelo Bellini – Secretario académico – UNSJ

En 2006, el entonces Ministro de Educación, Daniel Filmus, dijo que “el país no está en condiciones de responder a las demandas de profesionales calificados, especialmente en rubros como técnicos e ingenieros”.
En julio de 2009, un informe elaborado por la Universidad de la Matanza informaba que el 40 por ciento de los ingresantes al Ciclo Básico Común de la Universidad de Buenos Aires eligieron carreras tradicionales como medicina, abogacía, contador público o psicología. En tanto, en aquella Universidad, que no ofrece medicina ni psicología, el ranking fue liderado también por abogacía, aunque los inscriptos en Ingeniería en Informática ocuparon el segundo lugar, antes que la cantidad de aspirantes a contador público.
En coincidencia con esto, la Coordinación de Investigaciones e Información Estadística de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación destaca una importante ventaja para las ciencias sociales (con abogacía como la más elegida) y las carreras de salud (con medicina como segunda en el ranking nacional), frente al resto de las opciones. Entre las carreras no tradicionales, la única que concentra muchos aspirantes es informática.
La capacitación técnica es un factor decisivo a la hora de incorporar personal a las empresas. Esa es la principal conclusión a la que llegan las diferentes consultoras en recursos humanos del país, lo que desnuda que las carreras más elegidas no son las que el mercado más necesita. “Mientras la mayor matriculación se da en derecho, administración y contador público, las empresas requieren personal con habilidades para las ventas, ingenierías y áreas técnicas”, especifica un informe de la consultora en recursos humanos Manpower.
Pablo Molouny, gerente de Trabajando Argentina -empresa que se ocupa de aunar oferta y demanda de profesionales-, expresó que hoy “no se piden egresados en carreras tradicionales porque hay sobreoferta” y recomendó “ampliar el perfil original de las carreras para poder desempeñarse en distintos sectores y así insertarse en el mercado actual”.
Las diferentes carreras tecnológicas, ingenierías y carreras tales como Física, Química, Tecnología y Matemática, que se dictan en las universidades argentinas, gozan de la promoción oficial y figuran entre las carreras prioritarias para el Estado. Sin embargo, aunque en algunos casos aumentó el número de inscriptos, aún hay inconvenientes para hacer frente a la demanda de profesionales para estas especialidades.
Que es muy difícil, que no se puede estudiar y trabajar al mismo tiempo, que es sólo para hijos de familias adineradas, son algunos de los mitos que envuelven a las ingenierías. Tomando palabras del Secretario del Centro de Ingenieros de La Matanza, Jorge Castellano, “Esta carrera es como cualquier otra, sólo hay que dedicarle tiempo”.
La sociedad actual “necesita” ingenieros y si bien las carreras tecnológicas no aseguran una salida laboral, la probabilidad de conseguir un buen trabajo es mayor que en otras especialidades.
En Argentina, las políticas universitarias son responsabilidad del Estado nacional y, desde el ministerio de Educación, se ocupan del presupuesto destinado a cada casa de altos estudios y de los programas de evaluación y mejoramiento de los contenidos impartidos, en particular los orientados a carreras científico tecnológicas. “De cada 100 alumnos que ingresan a estudiar una carrera de ingeniería, 40 llegan al ciclo de especialización y sólo se reciben 16”, dice en una entrevista el Ing. Daniel Morano, ex Decano de Villa Mercedes y actual Coordinador del Plan Estratégico de Formación de Ingenieros 2012-2016.
En julio de 2012 el diario La Nación publicó una serie de entrevistas y datos de remuneraciones de distintos egresados en carreras de informática, comunicaciones, diseño de software, analista web, entre otras especialidades afines. De allí surgía el dato llamativo de que la Argentina necesita un mínimo de 7.000 nuevos profesionales por año, sólo en el sector de software. Esta situación se da porque las empresas se informatizan cada día más y el área de software y servicios informáticos crece a tasas cercanas al 20% anual.
En el imaginario de los estudiantes se establecen algunos comentarios o frases que en ocasiones representan mitos creados alrededor de las carreras técnicas:
“…Las personas que estudian o se dedican a esto son nerds que están todo el día encerrados frente a una PC”, “Es muy difícil aprobar materias vinculadas con las matemáticas”, “La física y la química no son para mí”, son algunas de las más escuchadas. Puedo agregar una anécdota personal: era el último día de clases previo al receso de invierno cuando cursaba primer año, cuando la profesora de Geometría Analítica nos dijo: “Disfruten estas vacaciones de invierno, porque serán las últimas que tendrán hasta que se reciban”. Si bien esto no se cumplió a “rajatabla”, puedo asegurar que mis vacaciones de invierno desaparecieron por el lapso de 7 años, y las de verano se redujeron a 10 ó 12 días. El resto era muy simple: estudiar.
Las ingenierías, las ciencias exactas, las tecnologías, son bastante “antipáticas” a la hora de estudiar. Sin embargo, la matemática, la física y la química nos rodean permanentemente y tienen una incidencia importante en nuestras vidas: nuestra edad y la distancia de nuestra casa al trabajo o al colegio están vinculadas con la matemática, el movimiento de un automóvil, el haz de luz que proyecta imágenes sobre la pantalla del cine y el estado del tiempo están vinculados con la física, y la comida que diariamente ingerimos, la combinación de agua y jabón en polvo dentro del lavarropas o el proceso que tiene lugar en la batería que alimenta nuestro celular, tienen estrecha relación con la química.
Existe, sí, una realidad importante y es que, efectivamente la carrera es ardua para aquellos que no han transitado un buen estudio secundario, sumado a la desaparición de la escuela técnica en los años 90 que tuvo un impacto muy negativo.
Finalmente, en noviembre de 2014 el diario Clarín, a partir de una investigación del Centro de Estudios de la Educación Argentina, informaba que se necesita duplicar la cantidad de graduados de las carreras científicas y tecnológicas. En el mercado laboral local, las ingenierías, las ciencias exactas y las carreras asociadas con las nuevas tecnologías son las más demandadas, según datos del Ministerio de Trabajo y de consultoras privadas. La necesidad de estas profesiones ha aumentado en los últimos años y, en muchos casos, la empleabilidad de los egresados está prácticamente garantizada.
Según estimaciones del Consejo Federal de Decanos de Ingeniería, en el país se gradúan 6.500 ingenieros cada año, una cifra inferior a la de países como Brasil y China, y que debería duplicarse para cubrir las necesidades del mercado.
De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Educación, las ciencias sociales y las humanidades suman el 58% de los graduados universitarios, pese a que están entre las menos requeridas por el mercado de trabajo. Sólo Economía y Administración tienen más de 20 mil egresados por año, una cifra diez veces más alta que el total de egresados de ciencias básicas (Biología, Física, Matemática y Química), que apenas suman unos 2.500 graduados anuales.
A la hora de elegir la carrera falta conciencia entre los jóvenes sobre cuáles son las profesiones con mejores oportunidades. Es fundamental que los egresados de nivel medio realicen un adecuado proceso de orientación vocacional, profundizando en sus intereses y motivaciones personales, pero también asesorándose sobre qué es lo que necesita el mercado.
Para apuntalar estas decisiones entre los jóvenes, el Gobierno lanzó las Becas Bicentenario, que brindan apoyo a los estudiantes que elijan unas 300 carreras prioritarias.
En consecuencia, uno de los desafíos más importantes a los que se ve enfrentada la Universidad de hoy y, especialmente, las facultades donde se imparten carreras relacionadas con las llamadas “ciencias duras”, es ofrecer a quienes egresan del secundario, la posibilidad de ingresar en una carrera que le permitirá, en un futuro próximo, ser protagonista del desarrollo económico e industrial que hoy vivimos.
Por esta razón, y porque nuestros egresados son buscados intensamente por empresas locales, nacionales y porque también se destacan en todo el mundo, es importante que los alumnos que ingresarán en la vida universitaria el próximo año se acerquen a las facultades donde se ofrecen carreras vinculadas a la ciencia y tecnología, preguntar por su duración, sus planes de estudio, salida laboral y toda inquietud o duda que tengan o se presente.
Los esperamos para que acepten el desafío de ser los futuros protagonistas del desarrollo de nuestro país. /


Edición correspondiente a octubre/73 – Año III – Nº 17 – Abril de 2015