Génesis

Científicos del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales son beneficiarios de subsidios nacionales por proyectos sobre fauna, ambiente y paleoflora en Ischigualasto y Balde de Leyes. Los trabajos se complementan para dar cuenta de “la semilla del mundo actual”.

Por Fabián Rojas

Desde hace unos 230 millones hasta unos 170 o 180 millones de años atrás, el ambiente se transformaba, se producía la extinción de los troncos ancestrales de animales, aparecían otros y cambiaba la flora. Era el periodo Triásico Superior y la transición hacia el Jurásico cuando la naturaleza “plantaba la semilla del mundo actual”, según Ricardo Martínez, paleontólogo del Instituto y Museo de Ciencias Naturales (IMCN) de la UNSJ. Los estudios referentes a esa “semilla” están contenidos en tres proyectos en que trabaja un grupo de investigadores del IMCN, que abordan, por separado, la paleoflora (fósiles de plantas), el medio ambiente y los vertebrados en aquel pasado. Las investigaciones, que se interrelacionan y complementan, fueron beneficiadas con subsidios de Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), de la Agencia Nacional de Promoción Científica. “Lo más importante de haber obtenido tres PICT para este Instituto es que significa un reconocimiento académico, son programas en que participan investigadores de todo el país, con miles de proyectos, y es muy difícil acceder”, valora Cecilia Apaldetti, parte del grupo de investigadores del IMCN.

Se trata de proyectos de la categoría “Temas abiertos”, y las beneficiadas del IMCN son dos investigaciones de Grupo de Trabajo y una de Jóvenes Investigadores. Los subsidios de los PICT (a la generación de nuevos conocimientos en todas las áreas de ciencia y técnica) permiten así profundizar las investigaciones y durarán tres años para los dos primeros y uno para el último.

Tiempos de gimnospermas

“Evolución de la paleoflora de la cuenca Ischigualasto y su relación con los ambientes sedimentarios”, es el proyecto del geólogo Gustavo Correa, de la categoría Jóvenes Investigadores. “Con paleoflora referimos a aquellas plantas con las que se alimentaban los dinosaurios. Ischigualasto es el lugar en que más paleoflora aparece”, dice Correa. “Antes de este período del Triásico al Jurásico, las plantas eran helechos. De pronto, en el Triásico Superior, aparecieron las plantas con tejido leñoso que sirvieron de estructura para generar grandes árboles. Las plantas gimnospermas aparecieron por esos tiempos. Esto está preservado en la cuenca Marayes e Ischigualasto”, completa la geóloga Carina Colombi.

Cambios de clima

Justamente, Colombi es la directora del proyecto “Evolución climática y tectosedimentaria del Triásico Superior de las Cuencas Ischigualasto y Marayes – El Carrizal”. “Hay en ese período hacia el Jurásico muchos cambios abruptos pero sobre todo se determina que empezó a incrementarse la aridez y hubo un aumento de la estacionalidad del clima. Un objetivo es saber si los cambios atmosféricos fueron por las erupciones de volcanes, que generan dióxido de carbono. Esos volcanes estaban hacia el oeste, donde hoy se encuentra la Cordillera de Los Andes. Lo importante es que cada variación del dióxido de carbono y del clima, repercutieron sobre la fauna y la flora”, explica la autora, quien sitúa aquellos cambios cuando los hoy continentes África y América del Sur aún eran una misma masa.

Origen de la fauna actual

La restante parte de la tríada de investigación es el proyecto “Evolución de la fauna en el Triásico – Jurásico de la Cuenca Marayes – El Carrizal”, de Ricardo Martínez. Versa sobre el cambio de la fauna en Balde de Leyes desde hace unos 230 hasta unos 170 o 180 millones de años. “La flora y la fauna cambiaron desde aquellos tiempos. Sobre todo en el final del periodo, en el Triásico Superior, se produjo una serie de extinciones y se avanzó hacia un recambio a nivel ambiental, faunístico y florístico en el Jurásico”, describe Martínez. El paleontólogo afirma luego: “Ahí evolucionó la fauna y conformó las raíces de la que tenemos actualmente. Lo que pasó en ese momento es neurálgico, apareció el tronco de las faunas que van a poblar el mundo después. Aparecieron los primeros pterosaurios, mamíferos, dinosaurios, tortugas. Tenemos años de trabajo sobre el final del Triásico y ahora se nos agrega el principio del Jurásico con estos descubrimientos en Balde de Leyes y es mucho más completa la visión”.
Y plantea: “Tal vez antes nunca había existido un cambio tan rotundo en la evolución ¿Por qué evolucionan los organismos? Porque hay cambios ambientales, ellos son los detonadores de los cambios faunísticos y florísticos. Lo interesante es que vamos teniendo una visión multidisciplinar. Cuando empecemos a ver qué sucedió en el Jurásico Inferior, hasta podríamos llegar a crear un nuevo paradigma”. //

Apoyo local

La actual gestión de la UNSJ propuso, desde antes de asumir la conducción de esta Universidad en 2012, establecer una relación cercana con el Gobierno provincial. Uno de esos vínculos se cristalizó con la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Provincia (SECITI), y el caso del Instituto y Museo de Ciencias Naturales es una muestra de los frutos de esa sinergia. “Un poco el hecho de que hayamos obtenido estos tres PICTS es gracias a la publicación de resultados de estudios de base que logramos mediante la financiación otorgada por la SECITI. Pudimos avanzar en nuestras investigaciones porque esa Secretaría nos posibilitó y nos posibilita un gran soporte”, remarca Ricardo Martínez.


Edición correspondiente a octubre/73 – Año IV – Nº 27 – Junio de 2016