El enemigo, la encrucijada
El recorte presupuestario a las universidades públicas no es sólo una medida financiera: es parte de una ideología política que no concibe al conocimiento como un derecho humano.
Escribe: Oscar Nasisi, rector de la UNSJ
Al repasar el tema central de esta publicación, “El contrasentido de imaginar a San Juan sin la UNSJ”, viene a mí una palabra que parece más asociada a las películas de ciencia ficción que a la realidad de las universidades: esa palabra es distopía. Una distopía es algo así como un futuro indeseado, lo contrario a una utopía. Ese tipo de futuro indeseado sería San Juan sin la UNSJ.
Siguiendo con esta línea de pensamiento, el contrasentido al que nos referimos y que venimos reiterando en las distintas acciones que realizamos en defensa de la universidad pública, es la contradicción en la que incurre el propio gobierno nacional en poco más de 50 días. Esto sucede cuando suscribe, en junio de este año, el documento final de la CRES 2018 en el que se reafirma que “la educación superior es un bien público social, un derecho humano y universal, y un deber de los Estados” y, a los pocos días, suscribe un recorte presupuestario que ahoga a las universidades en su conjunto. Ese ataque descarado y descarnado es nuestra principal encrucijada y nuestro enemigo no es otro que el capitalismo neoliberal, que avanza sobre las universidades para construir lo que Boaventura De Souza Santos, durante la CRES 2018, definió como un capitalismo universitario. “El capitalismo universitario quiere que las universidades produzcan para crear la calificación que el mercado exige, haciendo desaparecer el derecho a la educación. Y va más allá: en su inclinación a la privatización y la idea de que tiene que producir calificaciones para el mercado, quiere que ella misma sea un mercado y, por eso, tiene que ser gobernada como una empresa, en la que el bien común deja de existir. La universidad negocio es un negocio, pero no es una universidad”.
Ahora bien. Si buscamos la razón profunda de esta acción, la encontramos en nuestra principal característica, que es la de ser espacios donde se genera el conocimiento crítico e independiente. Al capitalismo neoliberal no le conviene el pensamiento crítico e independiente, porque implica descolonizar el conocimiento. Y un conocimiento que no es patriarcal ni colonizado no encaja en los rankings de calidad con que el neoliberalismo quiere medir la eficiencia de las universidades.
Entonces ¿qué quiere el enemigo? ¿Por qué coloca a las universidades en esta encrucijada?
La respuesta es simple: porque quiere que desaparezca la universidad pública, gratuita y laica como tal, en la que haya lugar para todos, incluso los que piensan diferente. Quiere que las universidades se conviertan en una pieza más del engranaje que produce para el mercado, no para las personas. Y para lograrlo, recorta salvajemente los presupuestos a la vez que se disfraza en los constantes ataques al prestigio de la universidad pública y de los universitarios.
Una última reflexión: durante la CRES 2018, más precisamente en la conferencia inaugural, De Souza Santos nos recordó que además de estar a 100 años de la Reforma Universitaria, también estamos a 50 años del Mayo de 1968. Dijo al respecto algo que hoy no debemos perder de vista: aquel momento histórico en el que hubo 9 millones de personas en huelga, fue el encuentro y la alianza entre dos movimientos, el estudiantil y el obrero.
Hoy volvemos a darnos la mano. A salir a las calles bajo la misma bandera, la de la defensa de la universidad pública, para hacerle saber a todos los sanjuaninos y sanjuaninas qué sería de San Juan si no existiera la Universidad Nacional de San Juan. //
Nota perteneciente a octubre/73: edición Nº37, año VI. Agosto de 2018